El Jo.ve mediaevents, Napolitano sociedad que se ocupa de los acontecimientos y las comunicaciones, ofrece, bajo el patrocinio de las asociaciones nacionales FIGC, FIP y FIPAV, la primera edición del "Foro de Negocios Deporte."
La intención del Foro es crear un momento de encuentro y de desarrollo profesional entre los profesionales que trabajan en el deporte mediante la promoción de las empresas la consolidación de los conocimientos y el desarrollo de nuevas relaciones.
El evento tendrá lugar en uno de los más exclusivos de localización partenopea.
El evento tiene por objeto:
- Creación de un gran evento anual en el deporte profesional de negocios en Italia;
- Proporcionar una oportunidad para el encuentro personal entre los operadores;
- Ofrecer a los participantes la oportunidad de competir en una perspectiva dinámica e innovadora sobre problemas actuales de los negocios y el deporte para escuchar el caso-la historia de la zona;
- Permitir que los trabajadores en el sector de la economía del deporte para presentar nuevas ofertas y sus proyectos de inversión y la comunicación;
- Para ofrecer un beneficio concreto a los participantes, en términos de tiempo y costo, ya que a partir de su oportunidad de conocer a un gran número de posibles socios en el mismo lugar y al mismo tiempo.
mas informacion:
RUGBY PLATENSE
A partir de esta temporada, todos los equipos de La Plata lucirán en su camiseta el logo de su ciudad. La presentación estuvo al mando del intendente de La Plata, Pablo Bruera, y la idea de esta acción es la difusión de los valores del rugby y de la inclusión social de la práctica del deporte.
Este fue un acuerdo entre los clubes platenses y el municipio. Por eso Albatros, La Plata, Los Tilos, San Luis y Universitario cuentan con el logo de La Plata en las mangas izquierdas de sus camisetas.
La presentación fue en el Salón Blanco del Palacio Municipal, de la cual participaron el secretario general del municipio, Mario Rodríguez, dirigentes y jugadores de las cinco instituciones deportivas.
La ciudad de las diagonales y los clubes de rugby trabajan en conjunto para difundir este deporte y sus valores desde el año pasado. La idea es tener una mayor participación de la gente en el mismo.
Este fue un acuerdo entre los clubes platenses y el municipio. Por eso Albatros, La Plata, Los Tilos, San Luis y Universitario cuentan con el logo de La Plata en las mangas izquierdas de sus camisetas.
La presentación fue en el Salón Blanco del Palacio Municipal, de la cual participaron el secretario general del municipio, Mario Rodríguez, dirigentes y jugadores de las cinco instituciones deportivas.
La ciudad de las diagonales y los clubes de rugby trabajan en conjunto para difundir este deporte y sus valores desde el año pasado. La idea es tener una mayor participación de la gente en el mismo.
La gripe porcina puede afectar al deporte en Taiwán
30/04/09 -Dos importantes eventos deportivos internacionales serán aplazados en Taiwán en caso de que la fiebre porcina cobre proporciones alarmantes, dijeron los organizadores.
"Se pospondrán los Juegos Mundiales 2009, previstos para el 16 al 26 de julio en Kaohsiung, y los XXI Juegos Sordolímpicos, anunciados para el 5 al 15 de septiembre en Taipei, si la situación sanitaria lo requiere", declaró el ministro de Deportes de la isla, Tai Hsia-ling. Los organizadores de los dos eventos seguirán de cerca las informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las de las autoridades sanitarias de Taiwán, antes de tomar una decisión, aclaró Tai.
"Hay que estar preparados para lo peor"La isla ha realizado un gran esfuerzo para lograr ser anfitriona de las competiciones deportivas, y no retrasará o suspenderá los juegos sin razones de peso, dijo el dirigente deportivo isleño. "No obstante, ante la epidemia de la fiebre porcina en México y otros países, debemos estar preparados para lo peor, ya que la sanidad pública debe tener prioridad", señaló Tai.
Las comisiones organizadoras de los juegos se han preparado para responder a crisis de seguridad, incluidas las epidemias, agregó el ministro taiwanés. "Vamos a realizar ejercicios simulando la epidemia de la fiebre porcina, para elevar nuestro nivel de preparación", agregó. Hasta la fecha no se ha registrado caso alguno de la fiebre porcina en Taiwán.
"Se pospondrán los Juegos Mundiales 2009, previstos para el 16 al 26 de julio en Kaohsiung, y los XXI Juegos Sordolímpicos, anunciados para el 5 al 15 de septiembre en Taipei, si la situación sanitaria lo requiere", declaró el ministro de Deportes de la isla, Tai Hsia-ling. Los organizadores de los dos eventos seguirán de cerca las informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las de las autoridades sanitarias de Taiwán, antes de tomar una decisión, aclaró Tai.
"Hay que estar preparados para lo peor"La isla ha realizado un gran esfuerzo para lograr ser anfitriona de las competiciones deportivas, y no retrasará o suspenderá los juegos sin razones de peso, dijo el dirigente deportivo isleño. "No obstante, ante la epidemia de la fiebre porcina en México y otros países, debemos estar preparados para lo peor, ya que la sanidad pública debe tener prioridad", señaló Tai.
Las comisiones organizadoras de los juegos se han preparado para responder a crisis de seguridad, incluidas las epidemias, agregó el ministro taiwanés. "Vamos a realizar ejercicios simulando la epidemia de la fiebre porcina, para elevar nuestro nivel de preparación", agregó. Hasta la fecha no se ha registrado caso alguno de la fiebre porcina en Taiwán.
Deportes y medios de comunicación
Aunque con especificidades por países, el espectáculo deportivo se ha convertido en los últimos 40 años en un potente producto de comunicación mundial y se prevé que esta tendencia continúe en aumento. Los organizadores, como consecuencia, indican que se ha producido una explosión de los derechos de los medios en Europa, que registran crecimientos medios anuales del 25%.
Europa, que representa el 9,4% de la población mundial, es el segundo continente con mayor concentración de audiencia televisiva de deportes, con un 25% de la audiencia mundial, situándose por detrás de Asia que, con un peso demográfico del 60,4%, aglutina el 40,1% de la audiencia.
Más allá de la audiencia global, la frecuencia presenta niveles de madurez diferentes arrojando variaciones considerables entre los países occidentales y las zonas en desarrollo. Por ejemplo, un español consume deporte a través de los medios de comunicación cada 4,4 días, si bien con distancia de los datos de EE.UU, Reino Unido y, por supuesto, de Australia, el país con los niveles más elevados (cada 1,2 días).
Europa, que representa el 9,4% de la población mundial, es el segundo continente con mayor concentración de audiencia televisiva de deportes, con un 25% de la audiencia mundial, situándose por detrás de Asia que, con un peso demográfico del 60,4%, aglutina el 40,1% de la audiencia.
Más allá de la audiencia global, la frecuencia presenta niveles de madurez diferentes arrojando variaciones considerables entre los países occidentales y las zonas en desarrollo. Por ejemplo, un español consume deporte a través de los medios de comunicación cada 4,4 días, si bien con distancia de los datos de EE.UU, Reino Unido y, por supuesto, de Australia, el país con los niveles más elevados (cada 1,2 días).
Significación social del deporte.
La tendencia dominante dentro del deporte moderno, sobre todo en los deportes de alto nivel, es hacia una creciente competitividad, seriedad en la participación y búsqueda de triunfos. Esto también podría explicarse como el paso de deporte como “afición” al del deporte como “profesión”, con su correlativa sustitución en las actividades, valores y estructuras que lo caracterizan.
Ello significa, que el deporte ha dejado de ser una institución marginal y escasamente valorada, para convertirse en otra central y merecedora de un muy alto valor en la sociedad actual.
En efecto, en las sociedades pre-industriales, la falta de unificación nacional y los escasos medios de transporte y de comunicación impedía la existencia de reglas comunes y el reunir a deportistas de distintas zonas con regularidad. Este “localismo”hacía que los deportistas (y las comunidades que representaban) sólo viesen como rivales a los grupos contiguos en sentido geográfico.
A partir del siglo XX, al cambiar las condiciones ante citadas, hay elevados índices de interacción deportiva entre la mayoría de los países del mundo, y se reproduce en el deporte la estratificación jerárquica de deportes y deportistas (y de países) tal como se da en otras áreas, como por ejemplo, el desempeño económico de los países.
De esta manera, los deportistas pasan, a su vez, a representar unidades sociales de gran tamaño, como un país, y, a cambio de que satisfagan las aspiraciones de esas unidades / sociedades que representan, se les proporcionan ganancias materiales y prestigio.
Por otra parte, la creciente importancia social del deporte proviene del hecho que se ha convertido en uno de los principales medios de identificación colectiva en las sociedades actuales. También se ha señalado, en este aspecto, que el deporte ha pasado ha tener para el público contemporáneo una importancia “religiosa” o “cuasi religiosa”.
El fenómeno de la importancia social del deporte se ha ido consolidando en forma paralela al aumento de su popularidad y a otra tendencia cada vez más acentuada, que es su democratización, expresado esto en términos de eliminación debarreras sociales para quienes lo practican
Ello significa, que el deporte ha dejado de ser una institución marginal y escasamente valorada, para convertirse en otra central y merecedora de un muy alto valor en la sociedad actual.
En efecto, en las sociedades pre-industriales, la falta de unificación nacional y los escasos medios de transporte y de comunicación impedía la existencia de reglas comunes y el reunir a deportistas de distintas zonas con regularidad. Este “localismo”hacía que los deportistas (y las comunidades que representaban) sólo viesen como rivales a los grupos contiguos en sentido geográfico.
A partir del siglo XX, al cambiar las condiciones ante citadas, hay elevados índices de interacción deportiva entre la mayoría de los países del mundo, y se reproduce en el deporte la estratificación jerárquica de deportes y deportistas (y de países) tal como se da en otras áreas, como por ejemplo, el desempeño económico de los países.
De esta manera, los deportistas pasan, a su vez, a representar unidades sociales de gran tamaño, como un país, y, a cambio de que satisfagan las aspiraciones de esas unidades / sociedades que representan, se les proporcionan ganancias materiales y prestigio.
Por otra parte, la creciente importancia social del deporte proviene del hecho que se ha convertido en uno de los principales medios de identificación colectiva en las sociedades actuales. También se ha señalado, en este aspecto, que el deporte ha pasado ha tener para el público contemporáneo una importancia “religiosa” o “cuasi religiosa”.
El fenómeno de la importancia social del deporte se ha ido consolidando en forma paralela al aumento de su popularidad y a otra tendencia cada vez más acentuada, que es su democratización, expresado esto en términos de eliminación debarreras sociales para quienes lo practican
INDICADORES DEPORTIVOS
El impacto social, económico, político y comunicacional del deporte en la sociedad actual no ha sido aún suficientemente entendido en su total magnitud.
Si se toman como ejemplo algunas de esas dimensiones, se puede corroborar que, la importancia social del deporte proviene del hecho que se ha convertido en uno –sino el principal – medio de identificación colectiva de los pueblos en la sociedad contemporánea. Desde el punto de vista económico, el volumen de los negocios vinculados al deporte, se estima que ronda en un 2,5% del comercio mundial.
La Argentina, a diferencia de la mayoría de los países de América Latina, se caracteriza por un desarrollo profesional altamente competitivo a nivel mundial, y diversificado en una amplia gama de deportes. También presenta como rasgo diferenciador, en relación a la región, una importante participación de deportistas femeninas que han alcanzado posiciones de privilegio a nivel mundial.
Si se toman como ejemplo algunas de esas dimensiones, se puede corroborar que, la importancia social del deporte proviene del hecho que se ha convertido en uno –sino el principal – medio de identificación colectiva de los pueblos en la sociedad contemporánea. Desde el punto de vista económico, el volumen de los negocios vinculados al deporte, se estima que ronda en un 2,5% del comercio mundial.
La Argentina, a diferencia de la mayoría de los países de América Latina, se caracteriza por un desarrollo profesional altamente competitivo a nivel mundial, y diversificado en una amplia gama de deportes. También presenta como rasgo diferenciador, en relación a la región, una importante participación de deportistas femeninas que han alcanzado posiciones de privilegio a nivel mundial.
Adidas motiva a los hinchas de River para salir a la calle con sus camisetas
20 de Abril de 2009
El 26 de abril River presentará un nuevo modelo de camiseta en el partido que jugará en el Estadio Monumental contra Gimnasia de Jujuy. Al respecto Adidas organiza una movida callejera para que todos los hinchas de River salgan con sus camisetas y puedan participar de un concurso ese mismo día. Una camioneta de la marca estará recorriendo las calles y dos elegidos podrán ver el partido desde un palco especial y recibirán el nuevo modelo de camiseta de manos de un jugador histórico del club.
Para que la acción sea más abarcativa, Adidas invitará a todos los que salieron a la calle con la camiseta el 26 de abril para que suban su propia foto a un sitio desarrollado para la ocasión. Ponete tu Camiseta de River
El 26 de abril River presentará un nuevo modelo de camiseta en el partido que jugará en el Estadio Monumental contra Gimnasia de Jujuy. Al respecto Adidas organiza una movida callejera para que todos los hinchas de River salgan con sus camisetas y puedan participar de un concurso ese mismo día. Una camioneta de la marca estará recorriendo las calles y dos elegidos podrán ver el partido desde un palco especial y recibirán el nuevo modelo de camiseta de manos de un jugador histórico del club.
Para que la acción sea más abarcativa, Adidas invitará a todos los que salieron a la calle con la camiseta el 26 de abril para que suban su propia foto a un sitio desarrollado para la ocasión. Ponete tu Camiseta de River
El partido de Mandela
Por Ezequiel Fernández Moores Para LA NACION
Publicado en edición impresa
El 24 de mayo de 1995, un día antes del debut ante Australia, Nelson Mandela llegó en helicóptero militar a la concentración de Silvermine, en Ciudad del Cabo. Presidente sudafricano desde un año antes y encarcelado durante 27 años por el régimen racista del apartheid, Mandela hizo unas bromas iniciales y luego habló seriamente al plantel de los Springboks. "Recuerden, todos nosotros, blancos y negros, estamos con ustedes", dijo Mandela a los jugadores de la selección sudafricana de rugby. Emocionado, el centro tres cuartos Hennie Le Roux le regaló su gorra Springbok y el capitán Francois Pienaar lo despidió arengando a sus jugadores: "Hay una persona para la que sabemos que tenemos que jugar, y es el presidente".
Es el comienzo del emotivo tramo final de "El Factor Humano". El excelente libro del periodista inglés John Carlin, en venta desde hace unos días en Buenos Aires, y que Clint Eastwood ya comenzó a filmar en Sudáfrica, con Morgan Freeman en el rol de Mandela, Matt Damon como Pienaar y Scott Eastwood, hijo del director, como Joel Stransky, el medio apertura que anotó todos los puntos en el agónico triunfo 15-12 sobre los All Blacks neocelandeses en la final del Mundial de rugby de 1995. Una victoria que, según Carlin, acaso salvó a Sudáfrica de caer en una guerra civil y permitió el acceso al poder de la mayoría negra sin que fuera necesario derramar más sangre, pese a las cuatro décadas de racismo legalizado.
Mandela, que en su juventud, en 1961, fundó el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), fue al día siguiente a la inauguración del Mundial con la gorra de Le Roux. Los jugadores cantaron el himno Die Stem, del gobierno racista, que celebraba la conquista blanca, pero también entonaron el Nkosi Sikelele, el himno oficial de la liberación negra, que pide la intervención de Dios para poner "fin a todos los conflictos" y que durante los años del apartheid era entonado por los negros en sus protestas. Los rugbiers, en su mayoría símbolos de los afrikáner, la minoría opresora blanca de origen holandés, habían aprendido a cantarlo apenas días antes de que comenzara el Mundial. Es uno de los tramos más hermosos del libro de Carlin, de padre escocés y madre española y que de niño vivió seis años en Buenos Aires, donde retornó a los 23, en 1979, e hizo sus primeras armas como periodista en el diario Buenos Aires Herald.
La idea de que los jugadores cantaran el himno negro fue de Morne Du Plessis, un mítico ex capitán de los Springboks, designado manager del equipo en el Mundial 95 y que salió a la plaza el 11 de febrero de 1990, a celebrar la liberación de Mandela. Al día siguiente del debut (victoria de 27-18 sobre Australia, con 22 puntos de Stransky), Du Plessis llevó al plantel a Robben Island. De a uno, los rugbiers entraron a la prisión de 2,5m x 2,1 en la que Mandela pasó 18 de sus 27 años encarcelado. El preso 46664 dormía sobre un colchón de paja, con tres mantas muy finas, y sólo salía de la prisión para realizar trabajos forzados, lavarse con cubos de agua fría o probar comida deprimente, además de sufrir amenazas y castigos del coronel Piet Badenhorst.
Al promediar el Mundial, Mandela fue a una concentración del CNA en una zona rural, de las más castigadas por el apartheid. Se puso la gorra Springbok que le había regalado Le Roux y la multitud lo abucheó. "Esta gorra es en honor de nuestros chicos, que juegan contra Francia mañana por la tarde". Los abucheos siguieron. "No sean cortos de miras, la construcción nacional significa que hay que pagar un precio". No sólo aceptaron su pedido, sino que, además, la población negra, fanática del fútbol, pero no del rugby, comenzó a vibrar tras el emotivo triunfo frente a Francia. Los jugadores
salieron a jugar ante Francia emocionados por el gesto de Mandela, de ponerse la gorra de Le Roux sabiendo que era una afrenta para sus propios seguidores.
Mandela, que hoy a los 90 años ya tiene fallas en su memoria, y confía en el próximo gobierno del polémico candidato del CNA, Jacob Zuma, firme favorito en las elecciones presidenciales del 22 de abril, dio el último gran golpe el día de la final. Fue al Estadio de Ellis Park, corazón de la Sudáfrica racista, vistiendo la camiseta Springbok con el número 6 del capitán Pienaar. "Ese fue un mensaje muy fuerte", me dice Hugo Porta, mítico capitán de Los Pumas, presente en esa final, como embajador argentino en Sudáfrica. "Sólo recuerden que toda esta multitud, tanto negros como blancos, está con ustedes, y que yo estoy con ustedes", arengó Mandela a los jugadores en el vestuario. Dan Moyanne, un periodista nacido en el ghetto de Soweto y exiliado en Mozambique, entonó ante los 62.000 espectadores Shosholoza, una canción de esperanza del trabajador que vuelve a casa, en lengua zulú, mientras a su mente llegaban imágenes de sus compañeros asesinados. "¡Nel-son, Nel-son!", gritó la multitud cuando Mandela entró al campo de juego. El capitán Pienaar se mordió los labios hasta sentir la sangre y no pudo cantar el himno negro porque sintió que si lo hacía quedaría derrumbado por el llanto. Sudáfrica terminó ganando 15-12 en tiempo extra ante la favorita Nueva Zelanda del gigante Jonah Lomu. Y los negros salieron a las calles a festejar como casi nunca.
El relato final del libro de Carlin, quien llegó a jugar de fullback en la Universidad de Oxford, es altamente emotivo. El Mundial de rugby es una gran excusa porque su libro, en rigor, es un homenaje a la grandeza de Mandela. A su decisión, primero, de unir no sólo a su gente, dividida en diversas etnias, sino también de ganarse al enemigo. De no enfrentar al tigre, que además tenía las armas, pero sí domesticarlo, de apelar a su corazón, no a la razón, para que hubiese perdón y reconciliació n. Es notable la crónica inicial sobre cómo Mandela decidió esa estrategia en sus último años de cárcel, cuando el mismo régimen que todavía mataba a su gente comenzaba a tratarlo a él con deferencia, en una prisión-VIP, con piscina, gimnasio y TV, para así comenzar a negociar una transición que tambaleó hasta último momento, cuando la ultraderecha amenazó con un golpe de estado.
A carceleros, militares, ministros, servicios de inteligencia y xenófobos, Mandela sedujo hablando en su propio idioma (afrikaan), pero también sobre su propia pasión. El rugby, dice en el libro el teólogo y rugbier negro Arnold Stofile, "era el opio que mantenía a los blancos en una ignorancia feliz, el opio que tenía adormecida Sudáfrica". Negándole la droga feliz, la Sudáfrica blanca podría salir de su sopor, afirmaba Stofile, firme defensor del boicot deportivo en los años del oprobio, violado, entre otros, por los propios Pumas, cuando viajaron bajo el disfraz de Sudamérica XV. Readmitir los partidos internacionales de rugby fue parte de la estrategia de Mandela para ganarse la confianza de la Sudáfrica blanca, que, según Stofile, tenía pan, pero extrañaba el circo. El primer experimento, un partido contra Nueva Zelanda en 1992 en Johannesburgo, fue un fracaso, porque el rugby aprovechó la ocasión para reivindicar himno y bandera del poder blanco. Pero con el Mundial, los Springboks, que hoy tienen entrenador y crack negro, pasaron a ser de símbolo del opresor a sostenes de la democracia, aunque el debate jamás termina. Sólo unos meses atrás se analizó a niveles oficiales si los Springboks debían cambiar su nombre histórico, tomado de la gacela saltarina que habita en las sabanas del sur de Africa, pero que muchos aún hoy vinculan con el opresor. No recuerdan las lecciones de Mandela, ya frágil para intervenir en el debate. Mandela, en rigor, advirtió el poder del deporte. Algunos, es cierto, creen que el deporte es un anestésico poderoso que adormece a la sociedad. Mandela registró que en el deporte perviven lealtades atávicas y lo utilizó como herramienta trasformadora. El formidable libro de Carlin nos dice que esto no hubiese sido posible sin un hombre como Mandela. Sin el factor humano.
Publicado en edición impresa
El 24 de mayo de 1995, un día antes del debut ante Australia, Nelson Mandela llegó en helicóptero militar a la concentración de Silvermine, en Ciudad del Cabo. Presidente sudafricano desde un año antes y encarcelado durante 27 años por el régimen racista del apartheid, Mandela hizo unas bromas iniciales y luego habló seriamente al plantel de los Springboks. "Recuerden, todos nosotros, blancos y negros, estamos con ustedes", dijo Mandela a los jugadores de la selección sudafricana de rugby. Emocionado, el centro tres cuartos Hennie Le Roux le regaló su gorra Springbok y el capitán Francois Pienaar lo despidió arengando a sus jugadores: "Hay una persona para la que sabemos que tenemos que jugar, y es el presidente".
Es el comienzo del emotivo tramo final de "El Factor Humano". El excelente libro del periodista inglés John Carlin, en venta desde hace unos días en Buenos Aires, y que Clint Eastwood ya comenzó a filmar en Sudáfrica, con Morgan Freeman en el rol de Mandela, Matt Damon como Pienaar y Scott Eastwood, hijo del director, como Joel Stransky, el medio apertura que anotó todos los puntos en el agónico triunfo 15-12 sobre los All Blacks neocelandeses en la final del Mundial de rugby de 1995. Una victoria que, según Carlin, acaso salvó a Sudáfrica de caer en una guerra civil y permitió el acceso al poder de la mayoría negra sin que fuera necesario derramar más sangre, pese a las cuatro décadas de racismo legalizado.
Mandela, que en su juventud, en 1961, fundó el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), fue al día siguiente a la inauguración del Mundial con la gorra de Le Roux. Los jugadores cantaron el himno Die Stem, del gobierno racista, que celebraba la conquista blanca, pero también entonaron el Nkosi Sikelele, el himno oficial de la liberación negra, que pide la intervención de Dios para poner "fin a todos los conflictos" y que durante los años del apartheid era entonado por los negros en sus protestas. Los rugbiers, en su mayoría símbolos de los afrikáner, la minoría opresora blanca de origen holandés, habían aprendido a cantarlo apenas días antes de que comenzara el Mundial. Es uno de los tramos más hermosos del libro de Carlin, de padre escocés y madre española y que de niño vivió seis años en Buenos Aires, donde retornó a los 23, en 1979, e hizo sus primeras armas como periodista en el diario Buenos Aires Herald.
La idea de que los jugadores cantaran el himno negro fue de Morne Du Plessis, un mítico ex capitán de los Springboks, designado manager del equipo en el Mundial 95 y que salió a la plaza el 11 de febrero de 1990, a celebrar la liberación de Mandela. Al día siguiente del debut (victoria de 27-18 sobre Australia, con 22 puntos de Stransky), Du Plessis llevó al plantel a Robben Island. De a uno, los rugbiers entraron a la prisión de 2,5m x 2,1 en la que Mandela pasó 18 de sus 27 años encarcelado. El preso 46664 dormía sobre un colchón de paja, con tres mantas muy finas, y sólo salía de la prisión para realizar trabajos forzados, lavarse con cubos de agua fría o probar comida deprimente, además de sufrir amenazas y castigos del coronel Piet Badenhorst.
Al promediar el Mundial, Mandela fue a una concentración del CNA en una zona rural, de las más castigadas por el apartheid. Se puso la gorra Springbok que le había regalado Le Roux y la multitud lo abucheó. "Esta gorra es en honor de nuestros chicos, que juegan contra Francia mañana por la tarde". Los abucheos siguieron. "No sean cortos de miras, la construcción nacional significa que hay que pagar un precio". No sólo aceptaron su pedido, sino que, además, la población negra, fanática del fútbol, pero no del rugby, comenzó a vibrar tras el emotivo triunfo frente a Francia. Los jugadores
salieron a jugar ante Francia emocionados por el gesto de Mandela, de ponerse la gorra de Le Roux sabiendo que era una afrenta para sus propios seguidores.
Mandela, que hoy a los 90 años ya tiene fallas en su memoria, y confía en el próximo gobierno del polémico candidato del CNA, Jacob Zuma, firme favorito en las elecciones presidenciales del 22 de abril, dio el último gran golpe el día de la final. Fue al Estadio de Ellis Park, corazón de la Sudáfrica racista, vistiendo la camiseta Springbok con el número 6 del capitán Pienaar. "Ese fue un mensaje muy fuerte", me dice Hugo Porta, mítico capitán de Los Pumas, presente en esa final, como embajador argentino en Sudáfrica. "Sólo recuerden que toda esta multitud, tanto negros como blancos, está con ustedes, y que yo estoy con ustedes", arengó Mandela a los jugadores en el vestuario. Dan Moyanne, un periodista nacido en el ghetto de Soweto y exiliado en Mozambique, entonó ante los 62.000 espectadores Shosholoza, una canción de esperanza del trabajador que vuelve a casa, en lengua zulú, mientras a su mente llegaban imágenes de sus compañeros asesinados. "¡Nel-son, Nel-son!", gritó la multitud cuando Mandela entró al campo de juego. El capitán Pienaar se mordió los labios hasta sentir la sangre y no pudo cantar el himno negro porque sintió que si lo hacía quedaría derrumbado por el llanto. Sudáfrica terminó ganando 15-12 en tiempo extra ante la favorita Nueva Zelanda del gigante Jonah Lomu. Y los negros salieron a las calles a festejar como casi nunca.
El relato final del libro de Carlin, quien llegó a jugar de fullback en la Universidad de Oxford, es altamente emotivo. El Mundial de rugby es una gran excusa porque su libro, en rigor, es un homenaje a la grandeza de Mandela. A su decisión, primero, de unir no sólo a su gente, dividida en diversas etnias, sino también de ganarse al enemigo. De no enfrentar al tigre, que además tenía las armas, pero sí domesticarlo, de apelar a su corazón, no a la razón, para que hubiese perdón y reconciliació n. Es notable la crónica inicial sobre cómo Mandela decidió esa estrategia en sus último años de cárcel, cuando el mismo régimen que todavía mataba a su gente comenzaba a tratarlo a él con deferencia, en una prisión-VIP, con piscina, gimnasio y TV, para así comenzar a negociar una transición que tambaleó hasta último momento, cuando la ultraderecha amenazó con un golpe de estado.
A carceleros, militares, ministros, servicios de inteligencia y xenófobos, Mandela sedujo hablando en su propio idioma (afrikaan), pero también sobre su propia pasión. El rugby, dice en el libro el teólogo y rugbier negro Arnold Stofile, "era el opio que mantenía a los blancos en una ignorancia feliz, el opio que tenía adormecida Sudáfrica". Negándole la droga feliz, la Sudáfrica blanca podría salir de su sopor, afirmaba Stofile, firme defensor del boicot deportivo en los años del oprobio, violado, entre otros, por los propios Pumas, cuando viajaron bajo el disfraz de Sudamérica XV. Readmitir los partidos internacionales de rugby fue parte de la estrategia de Mandela para ganarse la confianza de la Sudáfrica blanca, que, según Stofile, tenía pan, pero extrañaba el circo. El primer experimento, un partido contra Nueva Zelanda en 1992 en Johannesburgo, fue un fracaso, porque el rugby aprovechó la ocasión para reivindicar himno y bandera del poder blanco. Pero con el Mundial, los Springboks, que hoy tienen entrenador y crack negro, pasaron a ser de símbolo del opresor a sostenes de la democracia, aunque el debate jamás termina. Sólo unos meses atrás se analizó a niveles oficiales si los Springboks debían cambiar su nombre histórico, tomado de la gacela saltarina que habita en las sabanas del sur de Africa, pero que muchos aún hoy vinculan con el opresor. No recuerdan las lecciones de Mandela, ya frágil para intervenir en el debate. Mandela, en rigor, advirtió el poder del deporte. Algunos, es cierto, creen que el deporte es un anestésico poderoso que adormece a la sociedad. Mandela registró que en el deporte perviven lealtades atávicas y lo utilizó como herramienta trasformadora. El formidable libro de Carlin nos dice que esto no hubiese sido posible sin un hombre como Mandela. Sin el factor humano.
La FIFA percibirá 2.100 millones de euros por los derechos del Mundial 2010
Foto:Fabrice Coffrini/AFP JOHANNESBURGO, 20 Abr 2009 (AFP) - Los derechos televisivos del Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010 harían ingresar a las arcas de la FIFA en el orden de los 25.000 millones de rands (moneda local, unos 2.100 millones de euros), según informó este lunes la agencia SAPA.
Este monto fue anunciadio por el director de televisión de la FIFA, Niclas Ericson, durante una conferencia de prensa que tuvo lugar en Johannesburgo.
La FIFA propondrá, además, los encuentros a través de teléfonos móviles a centenares de millones de aficionados en todo el mundo.
También están previstos acuerdos especiales con cadenas de televisión de Africa, que acoge el torneo por primera vez en la historia.
"Alcanzamos un acuerdo con la Unión de Difusores africanos para vender los derechos de televisión en 41 países del Africa subsahariana antes de fines de 2009", declaró Ericson, quien sueña con que un equipo del continente llegue a la final para "estimular a la audiencia".
La FIFA invertira 1.500 millones de rands (128 millones de euros) para la producción de imágenes televisivas de la Copa del mundo 2010, que podría ser vista por una total de 26.000 millones de telespectadores considerando cada uno de los encuentros de la competición por separado.
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